La bebida, la que no puede faltar nunca en estas fechas: el vino, el cava… el alcohol en general. Son tantos años de cultura y de normalización que podría parecer extraño que no hubiera bebidas de este tipo en estos eventos.
En muchos casos el consumo de alcohol proporciona diversión, desconexión y la posibilidad de pasar un buen momento con familiares y/o amigos, pero no para todos tiene el mismo significado. A muchas personas estas fechas les recuerdan momentos tristes y difíciles. Para otros, por ejemplo, son períodos de riesgo de volver a consumir esa sustancia que tantas consecuencias negativas les causó y que tanto les costó dejar.
Para muchas personas que han dejado esta sustancia, la abstinencia es un motivo muy importante para sentirse orgullosos y les ha enseñado que son capaces de hacer lo que se propongan. Este proceso va acompañado en muchos casos de la lucha por la normalización de situaciones como comer marisco sin vino o brindar sin cava, sin que aparezcan presiones. En estas fiestas muchas personas se exponen a comentarios como: “No se brinda con agua” o “¿Por qué no bebes alcohol?”, entre muchos otros. Es necesario que nos sensibilicemos en cuanto al consumo de alcohol, aunque sea una sustancia legalmente aceptada. Cuando se consume en exceso o abuso, se convierte en una sustancia perjudicial para nuestra salud, tanto física como mental.
Tenemos que tener en consideración que estas fechas pueden suponer un riesgo para conseguir cumplir los objetivos de muchas personas, que deciden dejar de consumir, y que, muchas veces prefieren no compartir esta decisión. Por este motivo, pensemos en ofrecer variedad de bebidas en las celebraciones y sobre todo, no presionemos ni insistamos a nadie para que consuma alcohol. La decisión de beber o no es de cada uno.